Publicado por miguelfresno
Ahora que el taller de
fabricación de adobes para la construcción de un horno tradicional en Esta es una Plaza del
que hablaba en el post anterior está casi terminado, tengo algo de tiempo para
introducir una técnica que hemos aprendido en las VI Jornadas
Internacionales de Adobe Participativo y Equipamiento Comunitario que
organizó la Asociación Estepa (Estudios Sobre Tierra, Energía, Patrimonio y
Ambiente) bajo la supervisión de María Brown, los Bloques de Tierra
Alivianada (BTA)
También conocida como terre-paille (tierra-paja)
o bloques de tierra aligerada, el BTA es una técnica que consiste en
la adicción de una gran cantidad de fibras, u otro material aligerante
como la arcilla expandida, junto a la tierra para reducir el peso de
los bloques y, al mismo tiempo que se mejora la capacidad aislante térmica y
acústica, permitir la fabricación de éstos en un mayor formato con el que
aumentar la velocidad y rendimiento en el levantamiento de los muros.
La principal fibra que se añade a la mezcla de tierra, como el propio nombre terre-paille sugiere,
es la paja que podamos obtener en el entorno donde vayamos a fabricar
los BTA. La longitud de esta paja deberá ser ligeramente superior a la
utilizada para la fabricación de adobe, ya que esta es fundamental para crear
una estructura interna entretejida que, junto a la capacidad plástica
de la arcilla contenida en la tierra de la mezcla, dota de estabilidad
estructural al conjunto del bloque y evita que se disgregue durante su
manipulación.
Pese a esta estructura interna
estable, conviene puntualizar que los BTA no son portantes, es decir,
su capacidad resistente se limita a sostenerse a sí mismos y necesitan de una
estructura auxiliar que cumpla las solicitaciones a compresión. En el caso de
utilizarse los BTA como cerramiento aislante, estos deberán
introducirse en un entramado de madera o estructura similar, aunque también es
posible utilizar los BTA como trasdosado interior de muros
de cerramiento mediante paneles, encofrados o utilizarlos simplemente como separación
interior de espacios.
La capacidad aislante de los BTA dependerá
tanto del tipo de paja añadida como del peso específico de cada
bloque, es decir, de la relación tierra-paja. Cuanto mayor sea el contenido en
paja, mayor será el valor aislante y, al mismo tiempo, menor su inercia
térmica. Para un peso específico de 450 kg/m3 un muro de 40 cm de BTA con
su correspondiente revoque podría alcanzar una transmitancia térmica U=0,28
W/m2K, mas del doble lo exigido por el Documento Básico de Ahorro de Energía
del Código Técnico de la Edificación.
En cuanto al aislamiento
acústico, aunque la reducción del ruido variará en función del espesor del
bloque, se trata de un material que, además, tiene excelentes propiedades como absorbente,
es decir, mejora las propiedades acústicas del recinto donde se coloque
controlando el tiempo de reverberación.
El proceso de ejecución de
un bloque es tan sencillo como se ilustra en las acuarelas que realicé durante
las jornadas de adobe participativo. En primer lugar se introduce en el molde
la paja con la suficiente tierra arcillosa para que quede totalmente impregnada
pero que no llegue a escurrir. La botella se introduce previamente en el molde
para aligerarlo aún más. A continuación, cuando tenemos lleno el molde,
retiramos la mencionada botella con un movimiento de ligera torsión e,
inmediatamente, podemos proceder a retirar el molde. Finalmente dejaremos secar
el bloque el tiempo que sea necesario dependiendo de la temperatura, la
exposición solar y el viento. Si te han gustado mis primeros pasos con las
acuarelas y sientes curiosidad, no dudes en consultar el resto del cuaderno de bioconstrucción.
Durante el proceso y adición
de las sucesivas tongadas que rellenarán el molde, hay que prestar especial
cuidado en crear enlaces entre una capa y otra para evitar el fenómeno de estratificación
que nos encontramos en algunos de los bloques que realizamos. Estos enlaces se
realizan después de presionar cada tongada, procurando volver a “desapelmazar”
la capa superficial para permitir que una hilada de paja conecte con la
siguiente.
Aunque no tuvimos el tiempo
suficiente para experimentar a fondo con los BTA, nos pareció una técnica
increíblemente versátil y apta para la autoconstrucción. Además de los
bloques de gran formato que se utilizan como cerramiento, una de las
aplicaciones que más proyección puede tener este tipo de material es la de la prefabricación
de paneles autoconstruídos, de menor espesor, con el que trasdosar
interiormente muros en rehabilitaciones energéticas ecológicas. Otro uso muy
extendido de la tierra aligerada con paja consiste en el llamado sistema paja
encofrada. En este sistema, la paja se vierte y apisona directamente en
un encofrado que avanza mediante solapes de 20 cm a medida que se van
completando los tramos de muro. Este solape es necesario para evitar que la
parte fresca se desmorone durante el apisonado siguiente tramo y, así, permitir
reutilizar el mismo encofrado sucesivamente.
Así pues, la tierra aliviana
con paja es tan versátil y flexible que los únicos límites dentro del sistema
que encontrarás serán los mismos que la imaginación te imponga. ¿Quién dijo que
no se podía innovar y experimentar con materiales tan cercanos y
naturales?
FOTOGRAFÍAS: Eduardo
Marquina.
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