Articulo de ASOCIACIÓN VIDA SANA
La construcción con adobe tiene remotos orígenes: la
edificación más antigua localizada se remonta a la Anatolia del VII milenio
A.C. Desde entonces, se ha utilizado -y aún se utiliza-, en muchas culturas de
todo el mundo por las ventajas que ofrece. En España es característica de las
regiones secas, como Castilla y León, y
muy especialmente de Tierra de Campos. De
hecho, el término adobe en castellano, con la grafía adove, aparece por
vez primera en 1139-1149, en el Fuero de Pozuelo de Campos (hoy Pozuelo de la Orden,
Valladolid). Y, precisamente en un pueblo de Tierra de Campos, hemos topado y
charlado “a fuego lento” con la que es probablemente la única mujer adobera de
nuestro país. Hablamos con Cristina Ortega.
Se llama Cristina Ortega y está demostrando, como cada vez más personas
también, que se puede vivir en el campo y también del campo sin renunciar a
ningún proyecto vital, ni como persona, ni como mujer. Además, recuperando
oficios y maneras tradicionales de vivir y, en este caso, de construir, ya que
está en una de las fases de la construcción con tierra: la fabricación de
adobes. Es un trabajo duro, pero ella manipula el barro con destreza, y se la
presiente relajada y cómoda con su oficio.
- Seguramente es un tópico, pero ¿cómo lo lleva una mujer en el mundo de la
bioconstrucción? ¿Crees que sería lo mismo en la construcción convencional?
-No es un tópico, es la realidad. Cuando hablamos por teléfono, a las personas
no les llama la atención que les atienda una mujer, pero cuando vienen y me ven
manejando la máquina, o con “las manos en la masa”, la mayoría comentan cosas
como: “Pues la manejas bien”. Como si pusieran en duda que la pudiera manejar;
y cuando cogen confianza me preguntan: “¿Qué hace una mujer en este trabajo?”.
Estas reacciones son las del mercado convencional, sobre todo de los camioneros
que vienen a cargar material. Con los clientes, sin embargo, nunca he notado
diferencia, quizás porque sí que representan un prototipo diferente.
-Manipulas el barro con maestría. ¿Eres maestra adobera?
-No sé si soy maestra, lo que sí sé es que probablemente en España no haya otra
mujer que haya hecho tantos adobes como yo en su vida.
APRENDER
-¿Dónde se aprende este oficio? ¿Quedan maestros?
-Cuando vine a vivir para Amayuelas participé en el proyecto de rehabilitación
del pueblo con la construcción tradicional de Tierra de Campos, mediante el
cual rehabilitamos muchos espacios comunes con todo tipo de materiales de
tierra cruda: adobes, tapial… Nos enseñaban tanto albañiles mayores de la zona
como gente que lo había visto hacer toda la vida.
-¿Y cómo decides dedicarte a ello profesionalmente?
-Mi primera casa, en Amayuelas de Abajo, se hizo de adobe a través de una
cooperativa autogestionada, y mi compañero formó parte de la constructora. A
partir de ahí, comenzaron a trabajar en nuevas construcciones y rehabilitaciones
de edificios en tierra cruda. Pero las obras se ralentizaban porque había que
hacer primero los adobes. En aquel momento, yo había terminado un proyecto y
acababa de ser madre por segunda vez, otro gran proyecto vital. Como había
aprendido el oficio y me gustaba la idea de crear nuestra pequeña empresa, les
propuse poner en marcha una fábrica para crear un stock de forma que
ellos pudieran dedicarse sólo a construir. Y así fue como, entre mi
compañero y yo, montamos la Adobera del Norte. El lema de Adobera del
Norte es “Obras con calma” y, en efecto, sus casas rezuman sosiego:
el descanso es más profundo y producen una gran sensación de placidez. Para
ello, los detalles son importantes.
-¿Cual es tu mezcla ideal… si se puede decir?
-Desde luego, aunque la tierra nunca es idéntica, ni en una misma veta. Lo
ideal es que se puedan hacer adobes duros al secarse y que no se agrieten. Para
ello, mezclo tierras diferentes, si es necesario, y añado más o menos paja para
que no se resquebrajen al secar.
-¿Qué tipo de tierra estás utilizando en la actualidad? Siempre se localiza por
la zona, ¿no es así?
-Sí, actualmente la traemos de una gravera cercana de la que extraen piedra
caliza. La tierra que sale entre las vetas de la piedra la criban, y nos la
suministran en bañeras de 25 Tm. Con esta tierra no hay que hacer ninguna
mezcla y además pide muy poca paja. Ahora tiene un 30% de arcillas, un 15% de
limos y el resto de arena, pero de diferente granulometría.
CARGAS MAGNÉTICAS
-Algunos tipos de tierra pueden llevar una cierta carga magnética, ¿La
analizáis antes de usarla?
-Si, nosotros llevamos la tierra a analizar a un laboratorio, aunque
normalmente le pedimos sólo los datos de granulometría. Son tierras que
provienen de extracciones de la zona, que sabemos que no contienen muchos
minerales. Si fuera necesario se podría analizar la conductividad y la carga de
metales, pero no es nuestro caso… por la procedencia de las tierras que
utilizamos.
-Y en cuanto al secado, ¿cómo y durante cuánto tiempo se realiza?
-El adobe se seca al sol una vez desmoldado. Lo que hace que su elaboración sea
estacional. En pleno verano, que es cuando los hacemos, los tiempos en
condiciones normales son: el primer día desmoldas; al día siguiente los giras
90º; al 3er día 180º; y al cuarto día los puedes paletizar dejando que corra el
aire entre los adobes para que termine de secar el corazón si queda algo de
humedad.
-Realizas todo el proceso de manera artesanal, ¿hay alguna diferencia con
respecto a lo que se hacía tradicionalmente?
-Sí. Tengo una minicargadora con un cazo hormigonera que realiza el amasado de
la tierra con la paja. Esto tradicionalmente se hacía a mano, o mejor dicho “a
pie”, ya que se pisaba. Con el barro reposado de un día, seguimos el proceso de
manera tradicional, haciendo todo a mano, con un molde o macal que se rellena,
se vacía y se lava para volver a rellenarlo.
ADOBE ESTÁNDAR
-Pero tenéis un adobe estándar para bioconstrucción, ¿no?
-Sí, aunque para nuestro tamaño estándar de adobe para construcción utilizamos
un sistema algo diferente. Dejamos el barro más líquido de lo normal y la misma
máquina lo vierte directamente sobre los macales de 8 adobes cada una. Esto
facilita el trabajo, aunque luego hay que repasarlos a mano igualmente.
-¿Por qué no lo mecanizáis más?
-Se podría mecanizar más el proceso, pero el mercado no es tan grande como para
amortizar una inversión en maquinaria específica.
CONSTRUCCIÓN CON TIERRA
Volver a la construcción con tierra tiene muchas ventajas. El tema nos parece
tan importante que, desde estas páginas, en un número especial, ya tratamos
ampliamente de las muchas bondades de la bioconstrucción (1), y en concreto de
la recuperación de la construcción con tierra, pero… ¿qué nos aporta
específicamente la construcción con adobe? La experta nos lo cuenta.
-¿Qué aspectos positivos destacarías?
-Muchísimos. Como proceso de elaboración es tan básico que lo puede hacer
cualquier persona. Es lo más ecológico porque todos sus componentes son de
tu entorno. Puesto en obra presenta asimismo muchas ventajas: El mortero
es el mismo barro con el que lo has elaborado. Suelen ser mayores que los
ladrillos convencionales: un adobe cunde en volumen como 4 ladrillos macizos
colocados, lo que repercute en el precio y en la mano de obra para la
colocación. Los materiales sonnaturales por lo que evitas meter en tu vivienda
productos sintéticos que puedan perjudicar tu salud y la de tu casa. Cuando la
vivienda llega a su fin se incorpora a la naturaleza sin ningún impacto
ambiental. En la vivienda el adobe aporta dos características básicas que no se
suelen tener muy en cuenta en la construcción convencional: permeabilidad para
que nuestra casa respire; e inercia térmica, debida a la cantidad de masa que
supone un adobe. Esta característica hace que nuestras paredes funcionen como
acumuladores de frío y calor a la vez que cómo muros de estructura.
- Pero también presenta algunos inconvenientes…
-Sí, claro. Para su elaboración requiere más mano de obra que cualquier
material convencional, lo cual se resuelve pagando un precio justo o
haciéndotelo tu mismo. Otro problema es que no está normalizado, por ello se
utilizan más en obra nueva otros sistemas de tierra cruda como el bloque de
tierra compactada y el tapial, que son más normalizables. Por otro
lado, todas las construcciones con tierra cruda tienen un enemigo: el agua. Hay
que proteger las viviendas con una buena cimentación y una buena cubierta, y
recubrirlos con morteros que dejen que los muros sigan respirando, normalmente
morteros de cal.
Begoña Quintanilla
UN OFICIO DE VERDAD
LO MÁS PRECIADO
-Por último, -¿qué es lo que más te gusta de tu oficio?
-Que es eso: “un oficio”. Y te das cuenta cada día, cuando termina la jornada y
ves el terreno lleno de adobes que has hecho con tus propias manos, que
acabarán dando forma a una casa sana, que durará muchísimos años…y que al
principio era sólo tierra, paja y agua.
Para más info.:
Cristina Ortega Vielba
C/ Iglesia 6. Amayuelas de Arriba (Palencia)
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