Han pasado varios años desde que manteníamos nuestras
primeras conversaciones con el Ayuntamiento de Gelsa y hoy, felizmente, podemos dar por
terminada nuestra actuación dentro de los trabajos de la Fase III de Restauración de la Ermita
de Nuestra Señora del Buen Suceso.
Desde el principio se hablaba de recuperar cierta imagen de
la Ermita primitiva que se había ido perdiendo en el transcurso de las diversas
actuaciones a lo largo de su historia. La imagen más recurrente para todos era
la anterior a las actuaciones de los años 50-60, en la que se construyo la
torre y se modificó significativamente la imagen de la fachada principal.
Otra de las premisas de la intervención que nos solicitaban
desde el Ayuntamiento, era el rebajar la altura de los cuerpos anexos al coro, por su pésimo estado de conservación y para de alguna manera disminuir las
cargas de esos dos cuerpos en los que ya se había tenido que intervenir con
anterioridad con la construcción de contrafuertes exteriores que paralizaran su
asentamiento, el cual comprobamos que seguía avanzando.
Entonces nos encontrábamos con una tarea difícil que nos ha
acompañado casi hasta el final de la intervención………..conseguir una imagen de
la fachada principal que nos convenciera a todos y que no perdiera parte de la
esencia de la Ermita primitiva.
Y con todo y con esto,
queríamos hacer una intervención lo más respetuosa posible con el edificio en
general y su materialidad en particular. Eliminar al máximo el uso de cementos y de otros materiales
que rigidizaran las fábricas y nos eliminaran su transpirabilidad.
Por todo ello, desde el primer día hablamos del uso de la cal de manera generalizada en
toda la obra, y también del uso de pinturas de poro abierto que nos permitieran que el edificio respirase.
Utilizamos una cal Hidráulica en sus dos versiones NHL 5
para consolidar y levantar paredes de fábrica y NHL 3,5 para trabajos de revoco.
Incluso llegamos a utilizar la misma cal para el pintado de ciertas zonas del
pórtico de acceso.
Estamos contentísimas con los trabajos de pintura, concretamente
en el interior de la Ermita. Desde el principio los pintores nos propusieron
una paleta de colores tan exquisita que no hubo nada que objetar y los
resultados hablan por si mismos…..
Una gran sorpresa que tuvimos en el transcurso de la obra fue descubrir la fábrica de piedra y los arcos de ladrillo del pórtico de acceso. Cambiamos los planes de todo el mundo y pese a que muchos opinaban que esa fábrica no estuvo hecha para ser vista, decidimos darle la oportunidad de salir a la luz y nos mostrara su honesta belleza .
Detalle a detalle, hemos ido construyendo una nueva realidad
para nuestra Ermita, y digo nuestra porque ya está en nuestros corazones, pero
nuestro trabajo ha terminado y ya es hora de dejarla ir……
.......... y que siga su eterna evolución, siempre cambiante. Anicca!