Se trata de una Ermita que data de los siglos XVII-XVIII, con planta de una sola nave y cubierta a dos aguas. Presenta su acceso por la fachada Norte, construida ésta y sus arranques laterales en fábrica de mampostería y el resto en una combinación de fábrica de ladrillo manual y tapial con verdugadas y llaves de ladrillo. Posteriormente, todas las fábricas fueron revestidas con morteros posiblemente de yeso.
Este tipo de tapial ya aparece en la Iglesia de la Santa Cruz en esta misma localidad, y está clasificado como Tapia Valenciana, es una variante de la tapia calicostrada a la que se le incorporan ladrillos en el interior del encofrado colocados contra el paramento.
Aunque objeto de múltiples intervenciones, la Ermita conserva la esencia de su construcción original, que hemos intentado preservar en la actuación que nos ocupa.
La restauración de esta Ermita se va ejecutando en varias fases, estando ya completada la fase de restauración de la cubierta es cuando entramos a restaurar sus fachadas.
Las patologías detectadas en general son causadas por la presencia de humedades en zócalos y ascensión de estas por capilaridad con el consiguiente desprendimiento de revestimientos, e incluso con daños puntuales en las fábricas de mampostería.
Estas mermas de material se habían ido solucionando con la aplicación de morteros de cemento que flaco favor le hacían a las fábricas, ya que estos morteros proporcionaban una rigidez excesiva y una falta de transpiración que va favoreciendo la ascensión de las humedades por capilaridad.
Comenzamos con la retirada de estos morteros de cemento y vamos descubriendo los paramentos originales, en los cuales se distingue perfectamente la ejecución de esta Ermita en dos fases bien diferenciadas por sus materiales.
Una vez tenemos las fábricas limpias de mortero, procedemos al estudio de la actuación.
Desde el principio Raul (Proyes) quiere seguir trabajando con los materiales originales, cales y yesos.
Desde el principio Raul (Proyes) quiere seguir trabajando con los materiales originales, cales y yesos.
Para rejuntado de la fábrica de mampostería se utiliza un mortero de cal coloreado con chamota hasta conseguir la tonalidad del original.
Después tenemos las fábricas de ladrillo en combinación con la Tapia Valenciana, aquí tenemos ciertos debates de cómo tratar estos paños.
Por un lado, y por tratarse de la zona más expuesta, en la fachada Norte-Oeste deciden taparse las trazas de la Tapia, para ello usamos un revestimiento continuo de mortero de cal, ya que es el material que domina en el paño, y los machones sin embargo se revisten con mortero de yeso de Calanda, ya que es de yeso su recubrimiento de origen.
En cambio para el resto de fachadas se decide mostrar las trazas de la Tapia como fue concebido en un origen.
Este distinto tratamiento entre fachadas nos genera cierto debate entre el equipo técnico, el promotor (Ayuntamiento) y la empresa constructura, y contamos con la opinión de una compañera experta en restauración, Dámaris Sarrau, que nos ayuda a tomar ciertas decisiones
Al final un criterio claro para todos es minimizar la retirada de recubrimientos originales que están en buen estado.
Siguiendo este criterio y el de ser fiel al uso de materiales utilizados en origen, en el tratamiento del resto de paramentos de Tapia vamos a combinar el uso de morteros de Cal y morteros de Yeso.
El mortero de yeso para rejuntar las verdugadas y las llaves de ladrillo y el mortero de cal como acabado exterior de los cuarterones de la tapia.
Y este es el resultado de todas estas decisiones y combinaciones que la propia obra nos va dictando.
Espero que os guste.
Siempre la intención es respetar y dar valor a las técnicas construtivas tradicionales que tanto nos enseñan del buen hacer y de la lógica constructiva que tanta falta nos hace en estos tiempo.
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